Aventura en Chiang Mai (parte I y II)

Acabamos de llegar a Bangkok y mientras Sandra deshace las maletas, aprovecho para contaros como han sido nuestros ultimos días en Chiang Mai. Han sido 2 dias de contacto con la naturaleza y experiencias increíbles. El primer dia salimos al encuentro de las diferentes tribus que poblan la frontera entre Tailandia y Birmania.

Visitamos distintas aldeas donde aprendimos algunas de las costumbres de cada grupo: los cinturones de bambú y plata de las mujeres Hmong, las coloridas ropas de los Lisu y Karen, pero lo mas llamativo fue la visita a las Kayan o mujeres jirafa.

No solo impresiona la longitud de su cuello, deberíais comprobar como nosotros como pesan los collares de metal que llevan. Algunos pueden llegar a pesar 6 kilos!!!
Nos contaron muchas cosas acerca de las mujeres jirafa, por ejemplo la creencia de que empezaron a usar los collares hace siglos para protegerse del ataque de los tigres. La verdad es que lo usaban únicamente para diferenciarse claramente de las distintas tribus y no mezclarse con otros grupos.

Tambien nos explicaron que realmente el cuello no se alarga y que pueden quitarse el collar sin que se les parta. De hecho se lo quitan una vez al año para limpiarlo adecuadamente. Vimos algunas fotos de ellas sin el collar y resulta espectacular. Lo que ocurre es que los musculos del cuello y los hombros se aplastan, dando la sensación de que el cuello se alarga. Resultó una visita muy interesante y curiosa.

Despues de las aldeas nos dirigimos hacia el rio Mae Tang. Comimos un maravilloso Pad Thai (plato típico de Tailandia con pasta, huevo, tofu, verduras y pollo) a la orilla del rio y recobramos fuerzas para lo que venía a continuación: Rafting.

Nos llevaron al lugar de salida en un todoterreno por uno de los peores caminos que haya visto en mi vida. Menos mal que hacia buen tiempo porque si hubiera llovido no sé si hubiéramos salido de allí.

Llegamos al “embarcadero” y nos dieron el equipo necesario: casco, salvavidas y remo, así como un pequeño adiestramiento. Hacer rafting no es tan fácil como creía, es un deporte, no una actividad. Dividieron al grupo en 2 barcas, quedando nosotros como únicos guiris en una de las barcas junto al guía y nuestro “capitán” o monitor. Sandra tenía un poco de miedo antes de empezar ya que los rapidos que vimos desde el todoterreno impresionaban y parecía que iba a ser duro. De todas las instrucciones que nos dieron: remar hacia delante, hacia atrás, echarse sobre un lado, posición segura y al suelo (todas ellas en ingles por supuesto) Sandra solo recordaba la de “FORWARD!!!!!” (hacia delante) con el caos que eso suponía. El monitor iba en la parte de atrás de la barca y se encargaba de dirigir el rumbo y de darnos las instrucciones. El guía y yo íbamos en la parte delantera y eramos el motor (tengo unas agujetas de remar impresionantes) mientras que Sandra hacia mas que suficiente con no salir despedida de la barca y ayudarnos en lo que podía.

La cosa fue bastante bien hasta que llegó EL REMOLINO. Resulta que llegamos a la zona mas difícil del rio y el monitor no tuvo otra cosa que gastarle una bromita a nuestro guía. Giró el sentido de la barca 180 grados tras una bajada y nos dejó atascados en unas piedras mientras el rio pasaba literalmente sobre nosotros. Su idea era que el guía y yo que estábamos delante tragaramos un poco de agua, pero no pensó que en lugar de las 4 personas que suelen remar por barca sólo eramos 2. El rio tenia mucha fuerza y casi nos saca de la barca. Al final conseguimos salir como pudimos pero con la barca inundada. Menos mal que ya estábamos cerca del final y lo que quedaba era un simple paseo.

Esa noche decidimos no salir, cenamos cerca del hotel y nos fuimos a descansar que nos hacia falta.


Para el siguiente día habíamos dejado una excursión mas tranquila. Por la mañana fuimos a la granja de orquídeas y mariposas.

La visita no duró mas de 30 minutos y pudimos ver como cultivan las distintas especies de orquídeas y algunas mariposas gigantes.

Luego la furgoneta nos llevó hasta el campamento de elefantes de Mae Sa. Alli nos recibieron un par de pequeños elefantes que nos dieron un caluroso abrazo de bienvenida.

Tras ver como los elefantes se bañaban en el rio cercano al campamento nos fuimos a los sitios que teníamos reservados por el guía para ver el show. El espectáculo dura aproximadamente una hora y se pasa volando porque es muy entretenido. Los elefantes juegan al futbol, pintan cuadros, dan masajes, tocan la harmónica, tiran dardos… y al final muestran como ayudan al hombre en el campo. Al acabar el show compramos platanos y cañas de azúcar y estuvimos dándoles de comer. El tacto de un elefante es algo que no se olvida.

Tras el almuerzo tocaba el paseo por la jungla a lomos de un elefante. Yo pensaba que iríamos con un conductor y nosotros 2 detrás en los asientos que ponen pero no. Fuimos los dos solos, ahí me teneis dirigiendo al elefante:

La verdad es que están muy bien enseñados y un solo guía controlaba a los 3 elefantes que íbamos en el paseo. Por suerte el guía no iba con nosotros e íbamos mas tranquilos. Menos mal que nos avisaron de que compraramos platanos para el camino porque el elefante te pide comida cada poco y si no le das te echa su aliento y es algo que no recomiendo a nadie. Cuando se nos acabaron los platanos, el elefante seguía con hambre y una de las veces se fue hacia un barranco a pillar algo. Yo pensé que nos despeñábamos pero por suerte el tampoco quería morir. Acabamos el camino (hora y media) con el culo y la espalda destrozados pero es una experiencia de las que no se olvidan.

Por ultimo nos quedaba el descenso del rio en balsas de bambú. Antes tuvimos que cruzar el rio a través de una tirolina ya que no había puente.

El rio bajaba muy tranquilo y parecía que iba a ser un paseo relajante. El problema es que eramos demasiados en la balsa e íbamos medio hundidos. Menos mal que hacia calor y el bañito se agradecía.

Tras llegar al hotel y prepararnos nos fuimos de nuevo al Night Bazaar ya que era nuestra ultima noche en Chiang Mai. Cenamos en nuestro restaurante favorito y compramos algunas cosas (ya he conseguido algunos relojes realmente guapos) y a preparar la maleta que teníamos que volar esta mañana.

PD: Me he enrollado un monton ¿no? Jose

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Si,te has enrollado bastante,pero esta guay leerte Juseppe ;)
Tus explicaciones dan miedo,jajaja,entre lo del rafting q casi morís ahogados y luego lo del elefante q se queria tirar x el barranco un poco mas y ni lo contais,jajaja

Lo vuestro no son vacaciones,estais en continuo estres vacacional,jajaja,tened cuidado! Küsse 7x

Anónimo dijo...

se ve que el rafting es peligroso, pero yo despues de dos dias sin tener noticias vuestras, pensaba que os había comido un elefante. !no te has enrollado todo lo que cuentas es alucinaaaaaante!